Man Ray: El niño rebelde del surrealismo, el adulto de la modernidad

 Man Ray, más que un artista irreverente y en desacuerdo con la difícil época en la que tuvo que sobrevivir, fue un contemporáneo que enseñó, a través de un estilo fresco y sensacional, a ver el arte desde otra mirada, a concebir la fotografía desde otro punto de vista, llegando a incursionar en métodos que hoy son corrientes y que en ocasiones pasan desapercibidos, pero que para su época, resultaron ser innovadores, revolucionarios y transformadores.

Hoy, lo evocamos por su legado, por sus enseñanzas y por sus métodos, que llegaron a sobrepasar un Surrealismo que para su tiempo urgía de artistas como él, que innovaran y mostraran otra faceta del movimiento, no con el objeto de justificarlo, puesto que Man Ray iba más allá de cualquier precepto, sino con la firme misión de explicarlo, y de brindar las luces que ayudaran a comprenderlo, a concebirlo y  apreciarlo.

Emmanuel Radnitzsky o Man Ray (pseudónimo adoptado por él mismo en 1912), se destacó siempre por plasmar en sus exposiciones, publicaciones y obras la vanguardia que adoptó y que defendió: el Surrealismo. Sin embargo, no se estancó en quejas, denuncias o incluso en imitar a otros, por el contrario, buscaba siempre transformar su realidad, sobrepasando los límites, arbitrariamente impuestos por su tiempo: guerras devastadoras, discriminación y estrictas prescripciones, que no daba cabida al inconformismo.

La manera magistral con la que Man Ray desfiguraba su realidad era mediante obras artísticas, que van desde pinturas, pasando por fotografías y manifiestos, hasta el cine. Con estás formas de expresión buscaba siempre plasmar estados y sucesos que hacían parte de su cotidianidad, pero que de igual modo la sobrepasaban y lograban cautivar a un público, que expectante siempre indagaba por un algo nuevo y revolucionario.

De esta manera, fue Man Ray quien se encargó, con la bandera del Surrealismo en propiedad, de satisfacer a la sociedad en sus más intimas y prioritarias necesidades, a través de un razonamiento peculiar y una lógica diferente. Dicha sociedad, sumida en una tradición cultural burguesa y en un orden moral estricto, encontró en Man Ray, y en otros representantes del movimiento como Marcel Duchamp (incondicional amigo de Ray) o André Breton, un suspiro y un camino distinto para entender este entramado de significados, al que cariñosamente llamamos “mundo”.

Con la fotografía, Man Ray encontró el lugar que la historia le tenía destinado, sin lugar a dudas revolucionó el modo de plasmar la realidad en imágenes, con sus distinguidas rayografías o rayogramas y su estilo de solarización, incursionó en una retrospectiva fotográfica desconocida en su tiempo, que sentó las pautas para transformar la fotografía llegando a lo que es hoy en día, como él mismo lo señala:
  
 “Pinto lo que no puede ser fotografiado, lo que viene de la imaginación o de los sueños (…) Fotografío lo que no deseo pintar, las cosas que tienen ya una existencia”.

De este modo, la invitación de Man Ray siempre fue la de ver el mundo desde otra mirada, es ahí donde recae su legado, su huella y su herencia, y traspasando vanguardias y movimientos, no podemos dejar de saber quién era este singular personaje, que nos enseñó a apreciar desde su perspectiva al arte, la moda, la fotografía, los objetos, entre otros, para motivar nuestra sensibilidad desencadenando en la reflexión.

La invitación de Rectificación Y Credibilidad Periodística es a indagar acerca del Man Ray incongruente, inconforme y paradójico, por ello convocamos a nuestra audiencia a visitar la muestra artística “Man Ray” que actualmente se encuentra en exposición en el Banco de la República, para que, como lo menciona la muestra artística “nos acerquemos al artista cumbre del siglo XX”.

“La búsqueda de la libertad y el placer, eso ocupa todo mi arte”

Man Ray